Dejar la medicación

En teoría, tras la operación, se acababan las “drogas”. Fuera medicación. Fuera las 7 pastillas diarias fijas (depende del día, había que añadir alguna más).

Y bueno, al volver a la “vida normal” pues una dice: que no, que ya no me medico. Y oye, qué bien sienta, eh. Lo que pasa es que lo de “vida normal” es un engaño, porque tú te tienes que hacer tu propia normalidad, que quiere decir: ¿Vas a un concierto? ¿De finde? ¿A una boda? ¿De despedida? ¿Sales de copas? ¿Vas a hacer algo que no sea trabajar, descansar y comer? Medícate una hora antes si quieres hacer algo más que acordarte de tu cirujano y no disfrutar más que de un dolor sordo y constante.

Así que podemos decir que NO hemos dejado atrás la medicación. Pero, por lo menos, ya no pareces una yonki, buscando en el bolso aterrada por si te has dejado el pastillero. No está mal.

El 7 de julio hizo 4 años. ¿Y qué tienes ahora? Pues tienes que reconocer que desde Navidad, para poder ir a currar como todo hijo de vecino, ya te tenías que empastillar nada más levantarte a las 6 de la mañana. Y enchufarte otra a medio día si querías acabar el día con los niños. Y apretar los dientes para no meterte otra por la noche y renunciar a dormir bien porque NO QUIERES estar tomando las mismas putas pastillas que antes de operarte. Pero desde Navidad tu convicción y tu orgullo se han ido viniendo abajo, y acabaste el curso con las 7 pastillitas diarias. ¿Qué bien, no? Fantástico.

¿Y ahora? Pues nada, como las vacaciones siempre sientan bien, aunque eches de menos muchas cosas y la incertidumbre por el futuro te corroa, pues vuelves a apretar los dientes, y a decir: ya no me medico. Porque oye, es verdad. Las has vuelto a aparcar “sólo” para ocasiones especiales (o sea, todo lo que no sea ir a la playa y tirarte a ver alguna serie o leer).


¿Y en septiembre? Bueno, depende de si te mandan a Cuenca o si tienes la suerte (cruzad los dedos por mí) de que te toque un cole cerquita de casa. Si te toca lejos, pues ya sabes: 7 al día de nuevo, total, ya no te queda fuerza para negarte a ello. Si te toca cerca, pues habrá que apretar los dientes y probar a ver cuánto tiempo puedes seguir diciendo: ya no me medico.


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Comentarios

  1. Hola guapisima Alath, me encanta como escribes y explicas las cosas. Eres un ejemplo a seguir. Pasa un buen veranito qye te lo mereces.

    Àlex va tirando hay dias de todo, ya sabes...

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  2. Hola guapisima Alath,
    Escribes maravillosamente bien y lo eplicas todo clarito, clarito, eres un ejemplo a seguir, disfruta del veranito que bien lo mereces.

    Àlex va bien, hay dia de todo, ya sabes...

    Un abrazo guapa!!!

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    1. Muchas gracias guapa, me alegro que vaya bien. Siempre hay altibajos pero hay que estar al pie del cañón. Besotes

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  3. Hola Alath. Supongo que ya me conocerás. También padezco dolor crónico de espalda, no estoy operada y tampoco es una escoliosis de las graves, pero no saben porque razón tengo tantos dolores....
    Solo quiero decirte que te sigo habitualmente en tu blog porque, ojalá no fuera así, pero al menos ver que hay personas que pasan por la misma situación me hace sentirme menos "sola". A menudo, le digo a mi pareja que me siento sola y el me mira extrañado porque no entiende bien esa expresión. Yo le digo que me siento sola ante el dolor, ante la angustia diaria de vivir con "él" constantemente y enfrentarme sola contra "él" como una "cadena perpetua" porque sabes que no es algo que se irá al día siguiente, sino que seguirá con nosotros como un compañero de viaje de lo mas fiel.
    Gracias por contar tus experiencias.
    Un abrazo.

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    1. es normal sentirnos "solas" pq la sensación de dolor constante es muy difícil de explicar y muy difícil de alcanzar a comprender si no lo padeces. Se hace difícil ponerse en la piel del otro.
      muchos ánimos guapa
      Un abrazo

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