Reconoce tu piedra, tu ritmo. Reconócete a ti mismo.
Yo me salté las pistas entre clavos del camino. Y así con media sonrisa fui trepando por las repisas. Así como llegamos, por el mismo camino nos largamos. Así como venimos, por el mismo camino fuimos.
Tempestad, resopla fuerte en mi cabeza, sale huyendo por mis orejas, solo conmigo; solo allá voy.
Tempestad, resopla fuerte en mi cabeza, sale huyendo por mis orejas, solo conmigo; solo allá voy.
Cuando estés frente a tu espejo, no hay mayor verdad que tu reflejo; que si te engañas de dónde vienes, qué es lo que quieres y a dónde vas… Estás perdido, andas vendido solo en tu barca.
Tempestad, resopla fuerte en mi cabeza, sale huyendo por mis orejas, solo conmigo; solo allá voy.
Reconoce tu piedra, tu ritmo. Reconócete a ti mismo.
Un concierto. Unas palabras. Una energía. Mucho tiempo hacía ya que no me recargaba las pilas con la música en directo retumbando en mis oídos. Y de la mano de Macaco rescato unas palabras de la canción TEMPESTAD. Cuando estés frente a tu espejo, no hay mayor verdad que tu reflejo; que si te engañas de dónde vienes, qué es lo que quieres y a dónde vas… Estás perdido, andas vendido solo en tu barca. Siempre se esconden en las canciones verdades que un buen día, acompañadas por la música y entrando en tu cabeza con esa voz dulce y suave te llegan al alma, llaman a la puerta y te dicen: te enteras? Yo se ve que me entero más bien poco. Pero cuando me entero, es como ver una luz entre un mar de oscuridad. Es como mirarte a ese espejo y preguntarte qué haces perdida, si estás ahí mismo. Si siempre has estado.
Reconoce tu piedra, tu ritmo. Reconócete a ti mismo.
Gracias esta vez a Dani Macaco por llamar a la puerta de mi alma.
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